Club Caliope
Autor: Rafael Serrano Allely
Me parece un acierto la
utilización de la primera persona porque le da una profundidad increíble a la
protagonista: sus pensamientos, su evolución, sus relaciones… así como su
percepción de la forma en que se proyecta el resto de los personajes sobre
ella: los miembros de su familia, los miembros de la casa en la que sirve así
como el resto de personajes.
Se mantiene hasta casi el final
una cierta tensión por parte de la joven entre Peter el hijo del carnicero y
Vermer el pintor, que pone de manifiesto dos tipos de relaciones que se
resuelve sin más problema a pesar de haber sido su acercamiento al pintor muy
intensa. Su relación con el pintor es
distinta: sutil, de admiración por ambas partes.
Hay un derroche enorme de
sensibilidad, no exenta de cierta
tensión entre los miembros de la familia y con ella misma que en ocasiones deja
a un lado su docilidad y aprende a sobrevivir y a encontrar su sitio en la
nueva situación (“…empecé a encontrar mi sitio en la casa de Oude Langedijek. Mi
nueva vida estaba reemplazando a la antigua”)
Pero la mayor tensión que percibo
se refiere al escaso conocimiento que consigue tener la protagonista sobre el
pintor, incluida la posible relación sentimental, salvo el ser un pintor muy
particular.
Siente admiración por el pintor
pero no sabe a ciencia cierta si era correspondida por él. Si es su musa. Si le
proporciona acercamiento, conocimientos sobre la pintura, los colores, la luz,
sobre la forma de posar… así como la utilización de la “cámara oscura” para
tener mejor perspectiva de los modelos a pintar.
Al final de la novela si llegamos
a saber que el pasado si les había marcado profundamente.
Verner había pedido prestado el
cuadro a Van Ruijven y que posteriormente fue devuelto por su celosa mujer al
día siguiente de morir.
Su mujer le entregó las perlas
con las que posó en el cuadro por deseo de su marido. Ella las empeñó, de esta
forma nadie sabría que las continuaba teniendo de alguna manera, al mismo
tiempo que simulaba el pago de una deuda que tendría la familia del pintor con
el carnicero.
Recreación histórica muy
interesante, incluyendo los dos ambientes en los que vivieron los personajes:
el mundo protestante del que procedía la protagonista y el mundo católico al
que pertenecía el pintor: “el Barrio Papista”
No hay comentarios:
Publicar un comentario