31 enero 2015

RADICALES LIBRES
MIS NOTAS (RAFAEL)
No por tener las mismas características de los relatos de Alicie Munro deja de tener gran interés la lectura de “Radicales libres” (ya leímos “Accidente”): aparente sencillez y minuciosidad en los detalles incluso los más cotidianos.
En éste se acentúa el uso del suspense, los cambios o quiebros inesperados, que hacen que tengamos que reorganizar la información que hasta el momento nos suministra la autora, las dudas sobre las intenciones de la protagonista (que unas veces te predispone a favor de Nita y otras no tanto) y por último lo imprevisible del desenlace, que te hace leer de corrido el relato, tal como deben leerse los cuentos.
Destaco la “primera parte”,  hasta que aparece el asesino, es la que más me ha gustado: la narración de sus circunstancias vitales (“¿Cómo iba a saber yo que se me iba a adelantar?”. Se refiere a la muerte de su marido. La minuciosidad de los detalles: “Nita pensaba con detenimiento, cada mañana al sentarse, en los sitios donde Rich no estaba” Y describe los lugares.
Un cierto sentido de culpa de Nita “…rompehogares…, pérdida del trabajo…
El cuento tiene el primer quiebro cuando aparece el asesino y relata las circunstancias que le llevaron a matar a su familia. Todo cambia. El siguiente quiebro es el no va más: “He hecho lo mismo que usted” y cuenta como se deshizo de su oponente para salvar a su matrimonio aunque  la historia que fantasea se refiere a la anterior mujer de su marido. ¿Ganar tiempo? ¿Para que sepa el asesino que no lo va a poder delatar sin delatarse?... Hay ahí un juego muy interesante.
Subrayado: “En un momento pensó que no podría vivir sin café, pero resulta que en realidad lo que quiere entre las manos es el tazón caliente; eso es lo que le ayuda a pensar o a hacer lo que haga durante la sucesión de las horas, o de los días”.


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