Rafael
Serrano Allely
Lo que más
me llama la atención es lo escogidas que resultan las expresiones para que el
relato, en sí mismo sencillo, vaya resultando verosímil.
El título ya
es significativo en cuanto al tema, pero imprevisible en cuanto a su desarrollo
y a su desenlace.
Antecedentes
de la apuesta formulada hace quince años: “Asistieron a esta velada muchas
personas inteligentes y se oyeron conversaciones interesantes. Entre otros
temas se habló de la pena de muerte” Se pone el acento en la altura
intelectual de la discusión que se suscitó. Lo que hace que la discusión camine
en la dirección de los principios morales. No tanto en el caso del banquero
que, sobrado de millones, representa el capitalismo más descarnado.
El contexto
se formula en muy pocas líneas y muy al principio.
Hipótesis
principal: “Vivir de cualquier manera es mejor que de ninguna” Es la
idea del joven jurista.
Hay
expresiones que incitan a la reflexión:
“La
reclusión voluntaria más penosa que la obligatoria”
“¿Cuál de
los verdugos es más humano? ¿El que lo mata a usted en pocos minutos o el que
le quita la vida durante muchos años?”
Muy bien
relatada la evolución del preso desde su reclusión hasta su decisión final
imprevisible, sus contradicciones, sus diferentes estados de ánimo, la
sabiduría que adquiere a través de los libros y sus reflexiones…( “Y yo
desprecio sus libros, desprecio todos los bienes del mundo y la sabiduría”)
Para
demostrárselo desprecia los millones de la apuesta con los que había soñado
como si fuera un paraíso.
Lo que uno
necesita (el banquero) ya el otro no quiere (el joven jurista): hay valores
superiores que defender, aunque la defensa de esos valores lleve a la
inadaptación. ¿O es sublimación?
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