15 diciembre 2019

Comentarios: La sala número seis. A. Chejov


La Sala número 6.  A. Chejov

Mis notas. Rafael Serrano Allely

Al  principio parece que el tema que se va a abordar, a modo de denuncia, es la sórdida situación del hospital y del manicomio en particular.

 Pero siendo muy lamentable la situación en la que viven los enfermos en el manicomio, en “un pabellón triste y repulsivo” el relato va más allá y reflexiona sobre preguntas vitales sumamente interesantes.

Muy bien descritos los personajes, tanto los llamados locos, con sus desvaríos, como los que les atienden, con conductas muy alejadas de lo que se supone que deben realizar los cuidadores de los enfermos, en un mundo gris y desesperanzado.

“Quienes en razón de su cargo deben tratar con los sufrimientos ajenos, por ejemplo los médicos, los policías, los médicos, con el tiempo, por la fuerza de la costumbre, se insensibilizan hasta tal extremo, que, aunque lo quisieran, no pueden mirar a sus clientes más que de modo formal; por otra parte, no se diferencia en nada del mujik que, en el corral, degüella carneros y becerros sin pararse en la sangre”

Andrei Efimich llegó a la conclusión de que el establecimiento era inmoral y nocivo en el más alto grado para la salud de la gente. Según él, lo mejor que se podía hacer era mandar a casa a los enfermos y cerrarlo.”

“Una vez que hubo tomado posesión de su cargo, Andrei Efimich pareció mostrar bastante indiferencia hacía estas anormalidades” Era muy inteligente pero incapaz de organizar una vida inteligente.

Interesante la descripción del proceso que va desde el celo inicial  por su trabajo como médico y director del hospital hasta el aburrimiento y la percepción de la inutilidad de su tarea, así como su vinculación con el único ser al que consideraba inteligente: un loco.

Muy a tener en cuenta las reflexiones que Ivan realiza sobre su enfermedad:” Aquí están los que fueron recluidos, y los que no lo fueron se pasean libremente, eso es todo”.  Yo añadiría que esta reflexión vale también para los recluidos en las cárceles: no están todos los que son.

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