Por Natalia Bernabeu
Morón
"Así como el estudio de la Música sólo puede
realizarse oyendo obras musicales, el de la literatura sólo puede hacerse
leyendo obras literarias. Suele ser creencia general que para "saber
literatura" basta conocer la historia literaria, Esto es tan erróneo como
pretender que se entiende de Pintura sabiendo dónde y cuándo nacieron los
grandes pintores, y conociendo los títulos de sus cuadros, pero no los cuadros
mismos. Al conocimiento de la literatura se puede llegar: a) En extensión,
mediante la lectura de obras completas o antologías amplias. b) En profundidad,
mediante el comentario o explicación de textos."
Fernando
Lázaro Carreter y Evaristo Correa Calderón. Cómo se comenta un texto
literario.
¿CÓMO COMENTAR UN TEXTO LITERARIO?
1. Introducción
En la actualidad llamamos literatura al arte cuyo material es el
lenguaje y al conjunto de obras específicamente literarias. Desde que se
inventó la escritura ésta ha sido el vehículo idóneo de la transmisión
literaria.
2. El comentario de textos literario
Para comentar un texto literario hay que analizar conjuntamente lo que el
texto dice y cómo lo dice. Estos dos aspectos no pueden separarse, pues, como
opina el profesor Lázaro Carreter: "No puede negarse que en todo
escrito se dice algo (fondo) mediante palabras (forma). Pero eso no implica que
forma y fondo puedan separarse. Separarlos para su estudio sería tan absurdo
como deshacer un tapiz para comprender su trama: obtendríamos como resultado un
montón informe de hilos".
Consejos para hacer un buen
comentario de textos literario
• Consultar previamente los datos de la historia literaria que se
relacionan con el texto (época, autor, obra…)• Evitar parafrasear el texto, es decir, repetir las mismas ideas a las que éste se refiere, pero de forma ampliada. • Leer despacio, sin ideas prefijadas, intentando descubrir lo que el autor quiso expresar. • Delimitar con precisión lo que el texto dice. • Intentar descubrir cómo lo dice. • Concebir el texto como una unidad en la que todo está relacionado; buscar todas las relaciones posibles entre el fondo y la forma del texto. • Seguir un orden preciso en la explicación que no olvide ninguno de los aspectos esenciales. • Expresarse con claridad, evitar los comentarios superfluos o excesivamente subjetivos. • Ceñirse al texto: no usarlo como pretexto para referirse a otros temas ajenos a él. • Ser sincero en el juicio crítico. No temer expresar la propia opinión sobre el texto, fundamentada en los aspectos parciales que se hayan ido descubriendo. |
Así pues, comentar un texto consiste en relacionar de forma clara y ordenada
el fondo y la forma de ese texto y descubrir lo que el autor del mismo quiso
decirnos. Puede haber, por tanto, distintas explicaciones válidas de un mismo
texto, dependiendo de la cultura, la sensibilidad o los intereses de los
lectores que lo realizan.
Para llevar a cabo el análisis conviene seguir un método, establecer una
serie de fases o etapas en el comentario que nos permitan una explicación lo
más completa posible del texto.
2.1. Etapa previa: Lectura comprensiva y
localización del texto
La comprensión del texto.
La etapa previa a cualquier comentario consiste en realizar una lectura
rigurosa que nos permita entender tanto el texto completo como cada una de las
partes que lo forman. Para ello lo leeremos cuantas veces sean necesarias,
intentando solucionar las dificultades que nos plantea. En esta fase será
necesario utilizar diccionarios, gramáticas y otros libros de consulta.
La localización del texto.
Los textos pueden ser fragmentos u obras íntegras, y, por lo general,
pertenecen a un autor que ha escrito otras obras a lo largo de su vida. Por eso
es imprescindible localizar el texto que se comenta, es decir identificar
algunos datos externos como los siguientes:
• Autor, obra, fecha, periodo.
• Relación del texto con su contexto histórico.
• Características generales de la época, movimiento literario al que pertenece
el texto. Relación con otros movimientos artísticos y culturales del momento.
• Características de la personalidad del autor que se reflejan en el texto.
• Relación de esa obra con el resto de la producción del autor.
• Situación del fragmento analizado respecto a la totalidad de la obra.
El género literario y la forma de expresión
Es importante delimitar el género y subgénero literario al que pertenece el
texto, señalando aquellos aspectos en los que el autor sigue los rasgos propios
del género y aquellos otros en los que muestra cierta originalidad o
innovación.
Los textos pueden pertenecer a
los más diversos géneros literarios:
• Géneros épico- narrativos como: Epopeya, Cantar de gesta, Romance,
Novela, Cuento, Leyenda, Cuadro de costumbres…• Géneros líricos como: Oda, Canción, Elegía, Romance lírico, Epigrama, Balada, Villancico, Serranilla… • Géneros dramáticos como: Tragedia, Comedia, Drama, Tragicomedia, Auto Sacramental, Paso, Entremés, Jácara, Loa, Baile, Mojiganga, Sainete… • Géneros didáctico ensayísticos como: Epístola, Fábula, Ensayo, Artículo… |
En este apartado conviene analizar:
• El género y subgénero del texto. Rasgos generales.
• Aspectos originales
• Forma de expresión utilizada por el autor: narración, descripción, diálogo…
• Prosa o verso y peculiaridades del texto derivadas de ello.
2.2. Análisis del contenido
En esta fase deben analizarse el argumento, el tema o idea central que el
autor nos quiere transmitir, su punto de vista y la forma en que estructura el
mensaje.
•Para hallar el argumento preguntaremos: ¿Qué ocurre?
•Para delimitar el tema: ¿Cuál es la idea básica que ha querido transmitir el
autor del texto?
•Para analizar la estructura: ¿Cómo organiza el autor lo que quiere decir en
unidades coherentes relacionadas entre sí?
•Para descubrir la postura del autor: ¿De qué forma interviene el autor en el
texto?
Argumento y tema
Hallar el argumento de un texto es seleccionar las acciones o acontecimientos
esenciales y reducir su extensión conservando los detalles más importantes. El
argumento puede desarrollarse en uno o dos párrafos.
Si del argumento eliminamos todos los detalles y definimos la
intención del autor, lo que quiso decir al escribir el texto, estaremos
extrayendo el tema. Este ha de ser breve y conciso: se reducirá a una o dos
frases.
Al analizar el tema de un texto habrá que señalar también los tópicos
y motivos literarios que puedan aparecer en el texto: locus amoenus, beatus
ille, etc…
La estructura del texto
Si nos detenemos en la forma en que el autor ha compuesto el texto y en cómo
las distintas partes del mismo se relacionan entre sí, estaremos analizando la
estructura.
Para hallar la estructura de un texto hay que delimitar en primer lugar sus núcleos
estructurales. Estos pueden estar divididos a su vez en subnúcleos. Además, hay
que determinar las relaciones que se establecen entre ellos.
El esquema estructural clásico es el de introducción desarrollo, clímax
y desenlace, pero los textos pueden organizarse de otras formas:
• La disposición lineal: los elementos aparecen uno detrás de
otro hasta el final.
• La disposición convergente: todos los elementos convergen en la
conclusión
• La estructura dispersa: los elementos no tienen aparentemente
una estructura definida, ésta puede llegar a ser caótica.
• La estructura abierta y aditiva: los elementos se añaden unos a
otros y se podría seguir añadiendo más.
• La estructura cerrada, contraria a la anterior, etc.
Postura del autor en el texto y punto de vista
El contexto
El contexto es el ámbito de referencia de un texto. ¿Qué entiendo por ámbito
de referencia? Todo aquello a lo que puede hacer referencia un texto: la
cultura, la realidad circundante, las ideologías, las convenciones sociales,
las normas éticas, etc.Pero no es lo mismo el contexto en que se produce un texto que el contexto en el que se interpreta. Si nos ceñimos a los textos literarios escritos, como mínimo cabe distinguir entre el contexto del autor y el contexto del receptor. Sin duda el ámbito de referencia de un autor al escribir su obra es distinto del ámbito de referencia del receptor; la cultura del autor, su conocimiento de la realidad circundante, su mentalidad, sus costumbres, no suelen coincidir con la cultura, el conocimiento de la realidad, la mentalidad o las costumbres de sus lectores. Más aún, no es posible hablar de los lectores como una entidad abstracta, porque son seres individuales, cuyos contextos son asimismo diferentes, por muy pequeña que sea la diferencia.
Manuel Camarero. Introducción al
comentario de textos. Castalia.
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En este apartado se comentará el modo en que el autor interviene en el
texto. Éste puede adoptar una postura objetiva o subjetiva, realista o
fantástica, seria o irónica…etc.
Hay que analizar también desde dónde relata la historia (desde afuera, desde
arriba, etc.), si aparece o no el narrador y qué punto de vista adopta: tercera
persona omnisciente, tercera persona observadora, primera persona protagonista,
primera persona testigo, etc.
Tipos de narrador
• Tercera persona limitada: el narrador se refiere a los
personajes en tercera persona, pero sólo describe lo que puede ser visto,
oído o pensado por un solo personaje.• Tercera persona omnisciente: el narrador describe todo lo que los personajes ven, sienten, oyen… y los hechos que no han sido presenciados por ningún personaje. • Tercera persona observadora: el narrador cuenta los hechos de los que es testigo como si los contemplara desde fuera, no puede describir el interior de los personajes. • Primera persona central: El narrador adopta el punto de vista del protagonista que cuenta su historia en primera persona. • Primera persona periférica: el narrador adopta el punto de vista de un personaje secundario que narra en primera persona la vida del protagonista. • Primera persona testigo: un testigo de la acción que no participa en ella narra en primera persona los acontecimientos. • Segunda persona narrativa: El narrador habla en segunda persona con lo que se produce un diálogo-monólogo del protagonista consigo mismo.
José María Díez Borque. Comentario
de textos literarios. Playor. (Adaptación)
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2.3. Análisis de la forma
Hemos visto como fondo y forma de un
texto están íntimamente unidos. Por eso en esta fase del comentario se ha de
poner al descubierto cómo cada rasgo formal responde, en realidad, a una
exigencia del tema. En este apartado habremos de analizar:
El análisis del lenguaje literario
Nos detendremos en el uso que el autor hace de las diferentes figuras retóricas y con qué intención, relacionándolo en todo momento con el tema del texto.
Nos detendremos en el uso que el autor hace de las diferentes figuras retóricas y con qué intención, relacionándolo en todo momento con el tema del texto.
El análisis métrico de los textos en verso
Ritmo, medida, rima, pausas, encabalgamientos, tipos de versos y estrofas
utilizadas, etc.
La exposición de las peculiaridades lingüísticas del texto
• Plano fónico: se analizarán las peculiaridades ortográficas, fonéticas
y gráficas del texto que tengan valor expresivo.
• Plano morfosintáctico: se prestará atención a aspectos como los
siguientes: acumulación de elementos de determinadas categorías gramaticales
(sustantivos, adjetivos, etc.); uso con valor expresivo de diminutivos y
aumentativos, y de los grados del adjetivo; presencia de términos en aposición;
utilización de los distintos tiempos verbales; alteraciones del orden
sintáctico; predominio de determinadas estructuras oracionales…
• Plano semántico: se analizará el léxico utilizado por el autor, la
presencia de términos homonímicos, polisémicos, sinónimos, antónimos, etc.; y
los valores connotativos del texto.
2.4. El texto como comunicación
Los lectores dan vida al texto
Los lectores de textos literarios solemos detenernos en la interpretación
de los matices significativos que adquieren ciertas palabras o expresiones en
los contextos en que aparecen, porque estimamos que el autor lo ha escrito
así con una intención determinada. Otra cosa es que demos
precisamente con la clave de esa intención comunicativa del autor; a
menudo será punto menos que imposible. Imaginemos la interpretación de un
texto literario medieval; averiguar exactamente lo que quiso decir el autor
requeriría una reconstrucción arqueológica de la época y el lugar en el que
fue escrito el texto, una reconstrucción de la cultura que tenía el autor y
aun de la que tenían los lectores a quienes se dirigía.Es posible, en cambio, que indaguemos la intención comunicativa del texto, porque, como lectores, proporcionamos vida al texto cuando lo leemos; si no, sería un libro cerrado, muerto. La intención comunicativa del texto es aquella que el lector obtiene del texto, lo que a él le comunica.
Manuel Camarero. Introducción al
comentario de textos. Castalia.
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Una de las características básicas de la comunicación literaria es la
separación que existe entre el emisor y el receptor de la obra. El emisor es
el autor, pieza fundamental de la comunicación literaria, pues es quien
enuncia el mensaje. El significado de un texto depende, en primer lugar, de la
intención de su autor que, a la hora de escribir está influenciado por su
sistema de creencias y el contexto histórico social al que pertenece, entre
otros condicionamientos. El receptor es el lector de la obra. Cada
lector hace "su propia lectura", según sus características personales
y el contexto histórico social al que pertenece. Así pues, al analizar el texto
como comunicación habrá que atender a los siguientes aspectos:
• Funciones del lenguaje que predominan en el texto. Actitud del
autor ante el lector: ¿Se dirige directamente a él?
• Reacción que la lectura provoca en nosotros como lectores: emoción,
identificación, rechazo, etc.
• Intención comunicativa dominante en el texto: informativa, persuasiva,
lúdica…
• Posición del autor ante el sistema de valores de su época.
En este apartado se trata de hacer balance de todas las observaciones que
hemos ido anotando a lo largo del comentario y expresar de forma sincera,
modesta y firme nuestra impresión personal sobre el texto:
• Resumen de los aspectos más relevantes analizados en el comentario.
• Opinión personal.
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