La judía más hermosa

RAFAEL SERRANO ALLELY

Conocía la historia de la Susona, hija de un judío converso y como ingresó en un convento  movida por un sentimiento de CULPA.

 Según la leyenda, ella denunció la revuelta que preparaban un grupo de judíos conversos en el que estaba su padre,  para proteger a su amante cristiano, que a su vez denunció a los judíos conversos.

En el libro se introducen dos nuevos elementos: LA VENGANZA Y LA RESTITUCIÓN DEL ESTATUS DE LOS JUDÍOS CONVERSOS (dividiendo el libro en dos partes), que se complica tras el establecimiento de la Inquisición. Esto último le lleva a interceder ante el Papa junto con un grupo de notables judíos.

Una vez consumada la venganza pensaba suicidarse: “sin desvelar de su intención de suicidarse en la ciudad de Toledo”

Lo que conocemos de la leyenda sevillana  se prolonga a través de la venganza, el odio,  el establecimiento de la inquisición y sus consecuencias, la intersección ante el Papa,  la imposición de la unidad religiosa, la tortura.

La acción transcurre fundamentalmente en Sevilla y en Roma.

Me parece una novela histórica al uso donde las cosas van transcurriendo dentro una cierta previsión, sobre todo en lo que se refiere a la primera parte. El lenguaje es muy cuidado,  y en algunos casos,   poético. Bien documentada. Podía haber sacado más partido al personaje principal. El tratamiento de la belleza de la Susona , aunque hace honor al título, es un rasgo  excesivamente utilizado.

Una vez consumada la venganza entramos en una nueva situación que no tiene que ver con la primera parte.

Inicia su andadura diciendo: “Salgo para Roma mañana mismo” Objetivo: empezar una vida nueva: ocultaría su origen, sólo deseo de encontrarse con Dios. 317.

En la parte romana la novela es  menos previsible. Vicentini me parece un personaje muy logrado, subproducto de un Vaticano donde todo es posible para detentar poder, influir, medrar, intrigar, acumular riquezas. Aunque el tema Borgia es muy recurrente.

Coartada para no publicarse el libro escrito por Susana: la iglesia salía mal parada.