14 diciembre 2016


Mi resumen de la Novela Kilómetro Treinta
Publicada en el año 2014.
Autor: Rafael Serrano Bello. Ingeniero industrial.  Natural de La Línea de La Concepción (Cádiz, 1974).
Ha publicado en 2012 la novela “Un Papa sevillano” y en 2016 “WhatsApp Zombi”.
El título se refiere a: El muro del maratón, la peor pesadilla de los runners durante los 42 kilómetros. Suele aparecer entre el kilómetro 30 y 35 del maratón y consiste en un desfallecimiento tanto físico como psicológico del corredor popular.
Mi sinopsis: Ocho relatos independientes,  perfectamente engarzados que nos da una novela ágil y entretenida que me ha llevado del principio a fin, en un santiamén, deseando saber cómo terminaba ese final que me cuenta Hermán en el primer relato y que al final, lo deja a la mejor imaginación del lector.

Con personajes humanos que hacen todas las cosas que cualquier cristiano hace. Comen, beben, se pelean, chocan, se duchan y más, etc. etc. Quizás no sea tan lógico tener pistola y de ahí que tiene algunos retazos mágicos como el paraguas y la esponja.  Mente transportada.

He disfrutado con sus descripciones que me han llevado al lugar de la acción y en algunos momentos me ha sobrepasado a lo que yo iba imaginando. He encontrado una mujer que no tenía problemas, ya que, no le hubiese dolido la cabeza si él no estuviese tan embebido en las leyendas africanas.

Relatos bien descritos y con alto sentido estético y literario, tanto en redacción como en diversidad de situaciones personales, al relatar las vivencias de cada personaje. Mismo relato con diferentes pareceres.  Ha sabido captar mi atención lectora. Todos los relatos quedan abiertos a poder seguir soñando con lo que pasaría después y quizás acentuado en su final, que queda muy abierto, pero suficiente.

La acción discurre en un paraje perdido, donde Cristo dio las tres voces, con objeto de celebrar un maratón y que resulta que Hermán, personaje principal, que vive junto a donde se va a celebrar, es fans, fanático de una de las participantes, favorita para más señas.  Éste sabe de un problema de la susodicha participante y se apunta a voluntario para estar en el kilómetro treinta para darle una “esponja” cocheando agua, ya que ella le dan unos vómitos muy raros en esa distancia de carrera y con ello mejora. En su afán por llegar y poder realizar su adorado sueño, tiene varias peripecias que todos los participantes cuentan en capítulos propios. Cada uno cuenta su historia independiente, pero que confluyen en hacer el “puchero” novelesco adobado con sueños, esperanzas, fangos, miedos, dolores, miserias tristes, deseos, fe, etc.

Mis mejores relatos: 8. Corredora y el 6. La vieja (Tierra), página 63.

Crítica con muy mala leche: 3. Patrullero, página 26.

Frase grabada en mi mente: “Para medrar en sociedad, hay que ayudar a los demás a sostener su máscara”, pagina 59.

4 comentarios:

  1. Tus comentarios me parecen muy apropiados.A mí, como ya comentamos, me parece interesante como nos coloca al lector en un lugar de privilegio al ser el lector y sólo él el que une elementos,confronta experiencias y va construyendo un relato profundo, aunque sea desde la perplejidad, como es mi caso. Rafael

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  2. Fue un placer para mi que me invitarais, y os agradezco mucho la acogida que recibí. Por cierto, recalcar que la frase sobre la máscara no es mía (al respecto de esa frase el personaje de Guadalupe, que es quien la cita, dice que no se acuerda de quién fue la persona que la dijo).

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  3. Estupenda novela y estupenda tertulia, donde todos hemos aprendido que una persona puede abrir una ventana y refrescar a otras noventainueve... En este caso concreto la ventana se llama kilómetro 30. Gracias Rafael.

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