Comentarios.
Rafael Serrano Allely
Vecinos.
Muy bien
descrita la situación inicial, con palabras escuetas y precisas: pareja feliz,
un poco relegada en su círculo, que no
se sustrae a compararse con la pareja vecina, a la que le confería una vida más
llena y excitante.
¿Cómo
interpretar lo de “una pareja feliz”? ¿Una pareja normal? Creo que es un fuerte
contrapunto para el desarrollo del relato. De la comparación de sus vidas,
pasan a “vivir” la vida de los vecinos, por más atractivas y sugerentes. Pero
esto no es posible, hay una imposibilidad material que se simboliza en la llave
de la puerta que, al quedar del lado de la vivienda de los vecinos, les impide
abrir el piso. Creo que toman conciencia de que algo les está vedado: tendrán que vivir sus vidas. “Por
el amor de Dios, no te preocupes”
Decadencia y
caída
Como buen
representante del realismo sucio, utiliza todos los registros del subgénero (temas…
personajes… ambiente sórdido… alcohol…) manejándolos
a la perfección.
Con estos
elementos construye una trama verosímil que atrapa hasta el final y va de
sobresalto en sobresalto. Hasta que llega el momento del desconcierto ¿es un
cuento lo que cuenta Mel? ¿Lo toma así el camarero? Lo que uno menos puede
esperar es que Mel diga que es un cuento.
Lo que
parece real de pronto aparece como un cuento, pero ya es tarde. El camarero
dice: “diste demasiados detalles para que sea un cuento. Nadie cuenta una
mentira así”
¿Qué engendra la violencia final? Creo que la total desconfianza en un mundo de
violencia donde, entre otras cosas, el alcohol une y separa a los personajes.
Dentro de la
“amoralidad” que refleja el relato, quiero fijarme en el siguiente fragmento:
“He conocido gente que me cae muchísimo peor y a la que detesto muchísimo más,
que nunca ha matado a nadie”
Eres un gran lector, Rafael. Gracias por tus comentarios.
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