Rafael Serrano Allely
Reflexiones
de un hombre de 50 años ante la muerte
de su padre de 85 años.
Empieza
objetivando el tema:
- Que aunque se trate de algo muy personal, es también la experiencia más general y común que hay.
- Que la literatura maleducada es la que trata de convertir la obra literaria en una terapia personal.
Por todo
ello se centrará en categorías universales, que afectan a todos.
Pero vas
viendo que estos objetivos no se van cumpliendo. Lo que me provoca una cierta
sorpresa. Habla fundamentalmente de la muerte de su padre, de su relación con
él, de sus sentimientos personales y familiares, del pasado y del presente… eso sí, con reflexiones profundas.
No obstante
al final del monólogo resuelve la contradicción
entre los objetivos planteados y el desarrollo de las reflexiones con el
siguiente párrafo: “Si os parece contradictorio que me burle de la
literatura maleducada, como he hecho antes, pero luego incurra descaradamente
en sus peores vicios, respondo que sólo me siento legitimado para criticar con
convicción aquellos vicios que conozco por dentro… Presenté un ideal literario,
nunca que lo alcanzaría” De esta manera vuelve a darle coherencia al relato
y yo me centro en las aportaciones positivas, y son muchas, que trascienden la propia experiencia, pero
partiendo de ella.
Es verdad
que en ocasiones habla de categorías más universales como el mito del padre, el
itinerario del duelo, el desconsuelo, la
adaptación…
Frases que
destacaría (sin ser exhaustivo): “Un cierto extrañamiento es inherente al
negocio de la vida aunque a veces el mundo parezca un lugar hospitalario, no,
no acabamos nunca de adaptarnos del todo a él. Nunca será una casa para
nosotros, siempre una posada”
Máxima
moral: “Vive de tal manera que tu muerte sea escandalosamente injusta”…
“conviene modular este anhelo de perfección con otro de signo contrario, de
aceptación de nuestra imperfección consustancial”
“Ante la
muerte, seriedad superlativa, se dispara con frecuencia la risa porque
riéndonos desafiamos su imperio absoluto y derramando unas gotas de liviandad
sobre la vida la hacemos otra vez humana y vivible”
Gracias Rafael por traernos tus reflexiones sobre un relato filosófico tan profundo y has tirado del hilo de lo que el autor va dejando por doquier.
ResponderEliminarMuy bien, creo que has debido echar bastante tiempo pensando en los mensajes, que no estando en el texto, si estaban detrás. Gracias por tu perspicacia.