Por Manuel Ortiz
Con gesto rápido, lanzó la toalla sobre la arena haciendo oscilar la sombrilla.
—¡Rayos y centella!—Exclamó tres veces y se sentó, no sin antes, proyectar una ancha mirada alrededor. Como si esperase el aplauso de la concurrencia.
Muy bien. ¡Viva la creación!.
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