11 septiembre 2015

"La última vez". Miltonia. Relato

Por Miltonia

No era la primera vez, se dijo sumida en sus pensamientos, mientras veía el devenir de personas que entraban y salían de aquel lugar, extraño, frío, sin ninguna humanidad, donde lo único que encontró fue las miradas de otras dos mujeres que se encontraban allí.
¿Cuándo fue la primera vez?  Ni se acordaba.
¿Qué hice?, ¿dónde estuvo el error?, pensaba...
Posiblemente no habré hecho algo bien y mereceré todo lo que me está pasando. Tengo que intentar enmendarme, muchas veces peco de soberbia, yo soy la única culpable de toda esta situación. Mis hijos no se merecen que yo actúe así. Total, es su padre y se porta bien con ellos, trae el sustento a casa. Soy yo, y sólo yo, quién falla en esto, yo lo he provocado, si no fuese como soy seguro que él no habría actuado como lo hizo... Pero, ¿qué estoy haciendo aquí? Debería darle una nueva oportunidad. Tampoco ha sido para tanto. Ya se sabe como son los hombres si las mujeres no los saben llevar. Volveré y le pediré perdón. Tiene razón, no puedo estar tanto tiempo fuera de casa y ocupándome de otras cosas que no deberían tener importancia para mí. Debo convencerme de que mi prioridad es mi familia y estar siempre con mi marido y mis hijos.

De repente se levantó. Y con paso rápido abandonó el lugar donde esperaba ser atendida. Le seguían con la mirada las otras dos mujeres que se encontraban en la estancia.
Salió a la calle. Era un día de invierno frío. Se tocó la cara, le dolía un poco…Ya pasará, pensó, y recordó entre risas cuando él le tocaba la cara y la besaba apasionadamente, ¡Cuánto la quería! ¡ Era la envidia de todas sus amigas. ¡Qué suerte tienes!, le decían, te llevas a un gran hombre. Y lo mucho que te quiere, está todo el tiempo pendiente de ti. ¡Qué envidia!...

Es verdad que el tiempo va pasando y que las cosas no pueden ser como al principio, se dijo convencida, pero todo puede arreglarse y estoy segura que sí le pido perdón y dejo todas las actividades que me impedían ejercer mi labor de madre y esposa, las cosas volverán a ser como antes y volveremos a ser una familia.

De vuelta a casa pasó por el mercado.

Voy a darle una sorpresa y a hacerle su comida favorita, pensó. Y por supuesto, le pediré perdón. Los niños se van a poner muy contentos. La vida puede ser maravillosa. Soy yo quien la complica.

Abrió la puerta de su casa. No se oía nada.

Los niños estarán durmiendo todavía, pensó y se fue a la cocina. Prepararé la comida. Menuda sorpresa se van a llevar...
Sonó un chasquido a su espalda. No le dio tiempo a darse la vuelta, cuando un golpe seco en la cabeza la tiró al suelo.
De pronto, todo se volvió negro.En la lejanía escuchaba los gritos de sus hijos y como lloraban.
De repente se hizo el silencio.



1 comentario:

  1. Uy n lo había leído!!m ha impresionado, para mi entender describe a la perfección todo lo q pasa x la mente de uma mujer maltratada.

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