10 enero 2017

Estación de la mano. Puzzle. Los limpiadores de estrellas

COMENTARIOS: Rafael Serrano Allely

Estación de la mano

Me llama la atención la sutileza y la delicadeza con que trata el objeto de su fantasía (una mano) y la sensibilidad que le confiere o que es capaz de extraer de ella. En este sentido sólo quisiera destacar a modo de ejemplo cuando dice “Nunca la toqué, comprendí que aquello hubiera sido desatar cruelmente los hilos de un acaecer misterioso”

No era una mano cualquiera, era una mano excepcional, capaz de comunicar sentimientos: “era todo un artista” dice el narrador.

Se plantea el mundo de la fantasía donde el narrador está instalado y el de la realidad, en medio también está  la fantasía del sueño.

Se describen diversos momentos: de total ternura y acercamiento, de interés analítico, cansado de tanta maravilla (“lo que pone fin a toda aventura”) y un último momento de desconfianza y una vuelta a la realidad, a la rutina.

Puzzle

Mi primera sensación: desconcierto. Pero esto no me lleva a tirar la toalla, al contrario, el interés lo mantengo hasta el final, aunque me plantee más preguntas que respuestas, incluyendo el final, o precisamente por ello.

Difícil de ubicar a cada cual en su lugar, como en un juego de puzzle.

En la frese inicial con la palabra “Usted” ya introduce las primeras piezas a encajar. ¿Quién es Usted? ¿Quién formula el relato? ¿Por qué pareciendo que lo conoce todo, hay cosa que no nos cuenta? ¿Quién es el asesino? ¿Es la hermanita? (expresión a tener en cuenta) ¿Es el hermano? Si es el hermano ¿es por propia iniciativa para aliviar a la hermana o inducido por ella? ¿Es por celos?  ¿Qué relación hay entre los hermanos?

Por cierto la palabra usted se repite de manera insistente, machaconamente refiriéndose al asesino o asesina.

Yo creo que cuando destapó la olla se dio cuenta que su crimen perfecto, como corresponde a su inteligencia, había sido descubierto por su “hermanita”, persona inferior, y esto no lo soportó, no lo superó. 
Termina el relato: “…y entierra la mano vacía en el vacío aire de la celda” ¿Cárcel? ¿Manicomio?

El relato  no está exento de ironía y humor.

Los limpiadores de estrellas

La lógica es implacable: Primero se señalan los motivos de la merma de brillo de las estrellas, se determinan los medios y se resuelven los problemas que se producen en la aplicación del plan. Pero ¿previó la Sociedad las consecuencias en la poesía, en los libros, en los científicos…?  ¿Previó las consecuencias del afán de lucro del Diectorio? ¿Previó la aparición de la envidia?

Como en los relatos anteriores hace gala de un razonamiento potente que está por encima de los elementos que selecciona y a los que les confiere rasgos humanos. Uno de ellos es la envidia, como contrapartida al brillo.

Cómo terminar con la envidia: mermando el brillo de las demás estrellas mediantes subterfugios en principios pueriles: “recubrir las estrellas ya lavadas con películas diáfanas que sólo al cabo de un tiempo se disolvían revelando su brillo deslumbrador; o bien aprovechar la época de densas nubes, cuando los astros perdían contacto con la Tierra y les resultaba imposible llamar a la Sociedad en demanda de limpieza…”
Pero que ocurre cuando todo el mundo brilla: de las estrellas sólo se ven puntos negros, desaparece la sombra,  el resplandor es segador y la gente huye.

Al final hay aportaciones científicas reales que redondean un relato de ficción con datos de la realidad.


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