Por Rafael Serrano Allely
Mis notas
sobre “De lo que se apoderan” de Lorrie Moore
Texto
escrito por una mujer sobre mujeres, aunque haya un contrapunto necesario: el
hombre. No el hombre en abstracto, sino un hombre con unas características
concretas.
Plantea en
la primera frase de qué se trata: “Mi madre se casó con un hombre frio. No
es que no fuera capaz de hacerla sonreir…”
Muy
interesante el desarrollo de la trama: con saltos constantes en los que se
intercalan los abundantes comentarios sobre fotos de la madre desde la
niñez hasta la boda, las confidencias de la madre sobre las relaciones con su
padre, su deterioro progresivo, las propias vivencias de la narradora, la descripción
de la personalidad del padre, su fría relación con la madre y los hijos, cómo
es percibido el padre en el medio en que se desenvuelve (“Por lo visto sabía
ganarse el aprecio de la gente…)…
Hay imágenes
duras como cuando la hija va a su casa con una compañera y encuentra a su madre
en el cuarto de baño. “¿Esa es tu madre?” y ella calla.
“Quizás no puedas evitar tu insensibilidad
– dice mi madre llorando en voz baja – Es lo que te ha hecho el mundo a ti.
Pero tu frialdad… Es lo que tú le haces
al mundo”
Madre a sus
hijos: “… Los hombres de talento tienen la cabeza muy ocupada. A veces
pueden parecer poco amable”
“… Hasta
ese momento había parecido que papá era simplemente papá…”
“Esto es
lo malo que tienen las personas frías. No el hecho de que tengan hielo en el alma (todos tenemos un poco),
sino que se empeñan en que ese hielo se refleje en todas y cada una de sus
palabras y sus actos. No aprenden nunca lo que es la belleza ni el valor de los
gestos. Su necesidad emocional. Para ellos la sinceridad va siempre por delante
de la amabilidad, la verdad por delante del arte. El amor es arte, no es
verdad…)
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