Por Rafael Serrano Allely
Novela entretenida de enredos y malentendidos, donde
se mezcla lo real, lo mágico, lo religioso, lo supersticioso y lo esperpéntico.
Es un relato sobre la sociedad rusa de la época,
desde la zarina (Catalina La Grande) hasta el último campesino, incluyendo las
fuerzas vivas de Dikanka, pueblo en el que se sitúa la acción: alcalde,
diacono, propietario, juez…
No deja de tener su interés las costumbres y
gastronomía del pueblo en torno a la nochebuena.
Y recorriendo todo el relato está el amor romántico
de dos jóvenes. El novio no tiene reparo en vender su alma al diablo para
conseguir su objetivo.
“Era el día de Nochebuena; atardecía, y
al fin llegó la noche: una noche de esas de invierno, clara, esplendida.
Comenzaron a salir las estrellas, y la luna se mostró majestuosa, como si
quisiera iluminar aún más que de ordinario a la Tierra, dando así más
brillantez a las coliadki que glorificaban a Jesucristo”
A partir de aquí se crea el contraste provocado por el robo de las estrellas y la Luna, lo que envuelve al pueblo en la oscuridad absoluta. En este ambiente se produce, desde una óptica religiosa, las
conductas humanas más indeseables. Es como si se entrara en otra dimensión.
Desde esa misma óptica "no hay pecado sin penitencia" y el herrero continuará haciendo murales incluyendo al demonio.
Hay escenas sumamente cómicas.
Estupenda sinopsis del relato del gran escritor Nicolás Gogol. Gracias, esto es lo que me lleva a seguir en este grupo. Un mismo relato y dos opiniones complementrias que sumadas dan una mejor visión. Gracias Rafael, ojalá el resto de componentes hiciesen un esfuercito y se pusieran en acción.
ResponderEliminarEmilio me alegro que te hayas animado a seguir "colgando" tus opiniones sobre el relato. Siempre es una oportunidad de leerlo con más tranquilidad, como mínimo. Coincido contigo: hemos avanzado poco después de tantos años
ResponderEliminarMe alegro que te hayas animado a a seguir "colgando" tus opiniones sobre el relato. Así nos brinda una oportunidad de leerlo con más tranquilidad, como mínimo- Coincido contigo: hemos cambiado poco después de tantos años.
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