Rafael Serrano Allely
Mis notas.
Misiones pedagógicas:
otoño 1932. Sus miembros pactan dejar por escrito constancia de sus
experiencias no sólo en dichas Misiones.
Una lo hace en diario,
otra mediante cartas, otro sobre pentagramas, otro en fotografías y
otro en pinturas. Hay uno que usurpa la memoria de otro.
Una restauradora
perteneciente a la Filmoteca Nacional es la que va uniendo los hilos
y va descubriendo y relacionando a los personajes a partir de una
fotografía de los miembros de las Misiones Pedagógicas.
Como protagonista y
narradora se involucra en las distintas historias y va recomponiendo
el puzzle que va relacionando los diferentes hallazgos fruto de su
investigación y de su compromiso.
Interesante resulta como
ha ido funcionando la memoria a través del tiempo en cada uno de
los personajes, desde la experiencia en las Misiones al exilio:
la desmemoria como mecanismo de supervivencia, la memoria inventada,
la memoria traicionada, la memoria como ensoñación, la memoria
fragmentada, la memoria como catarsis, la memoria usurpada, el
olvido.
Todo ello contribuye a no
tener una sola idea de lo ocurrido desde un punto de vista vital.
La autora-narradora
concede a las Misiones Pedagógicas un alto concepto, por el
altruismo y la solidaridad de personas que dedican su tiempo y su
esfuerzo en llevar la cultura, en un sentido amplio, a pueblos que no
conocían lo más rudimentario desde el punto de vista
cultural-educativo, dado el analfabetismo y el aislamiento que sufría
gran cantidad de pueblos de España.
De la autora, que comparto:
“Qué extraño
destino de estos hombres que querían cambiar el mundo”
“Nadie es igual
después de la guerra”
“Hay países que
saben explotar su historia y otros como España que viven entre el
olvido y la ignorancia, el ejemplo definitivo de un pueblo memoricida
y patético”
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