30 marzo 2022

Comentarios: El hijo del padre. Víctor del Árbol

Club Caliope

Autor: Rafael Serrano Allely

Mis notas

Creo que no se trata de una novela histórica en sentido estricto, aunque la narración está fuertemente vinculada a un contexto histórico: la  situación del campesinado, en este caso extremeño; la distorsión que provoca la Guerra Civil; la inmigración a Cataluña y sus enormes dificultades; la participación de uno de los personajes en la División Azul y en el Sahara; la presencia de la Iglesia, a través de dos curas, que influyen en los personajes, lo que no era anormal en aquella época y en general los usos y costumbres propios de la época en que se sitúa gran parte de la narración.

Desde este punto de vista la novela está fuertemente enraizada en estos hechos, de tal manera que el soporte le da una fuerte credibilidad. Pero creo que trasciende el hecho histórico: el resentimiento intrafamiliar; el cómo se pasa del amor al odio; la culpabilidad; la huida de una situación de desesperanza, como es el caso del protagonista, que llega incluso a intentar modificar su aspecto físico y esconder su pasado, pero el pasado le puede y aunque odie a su padre es el que más se le parece; su ascenso social no le da la felicidad; violencia generacional que deja profundas heridas (“Si, también soy propenso a la cólera, como mi abuelo, como mi padre” “El menor incidente llega a causarme una insoportable tensión emocional”), en general aprecio un cierto determinismo.

Es una novela de gran dureza donde los personajes viven al límite de las penalidades que una persona puede soportar. Violencia intrafamiliar y hostilidad del medio en que se desenvuelve la vida de tres generaciones.

Me parece muy acertada la distribución que se hace desde  el punto de vista narrativo: en primer lugar la utilización de la primera persona que utiliza Diego Martín desde su personal profundidad y en segundo lugar la utilización de un narrador omnisciente  que de alguna manera corrige la subjetividad del mismo y plantea una perspectiva más amplia del resto de los personajes y del protagonista.

Al final de la narración el escritor humaniza la trayectoria de Diego Martín y su padre Antonio, cuyo nombre conocemos al final del relato.

En el escrito que Antonio le dirige a Diego, su hijo el mayor, entre otros extremos destaco:” Me habría gustado ser como querías que fuera… No había cariño, ni palabras que no fueran imprescindibles, ni abrazos ni carantoñas… Te odias porque me querías… Soy el único culpable… No sabía ser hombre, ¿Cómo iba a saber ser padre? Te abandoné, deje que te marchara aquella noche porque no supe pedirte perdón… Siempre te quise. Nunca supe quererte”


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