Club Caliope
Autor: Rafael Serrano Allely
El comienzo
del relato no puede ser más sugerente: “Quien te mandaría estudiar
económicas, de que te vale en este momento. Mírate ahora, contemplando con
expresión de admiración pero también de rencor el enorme esqueleto del
edificio, una especie de monstruo fabuloso de ávidos ojos compuestos, que
parece a punto de devorarte. La triste paradoja es que estás ahí abajo, a sus
pies, con el intenso anhelo de ser engullido por él, de fatigar las tripas de
sus escaleras desnudas, de trepar por los huesos de sus andamios, de danzar en
fin entre los colosales garfios de las grúas igual que ves hacer allá arriba a
aquellos hombres, semidioses de las vigas y el acero”
Lo más
esencial es la tensión narrativa que se mantiene en todo el relato motivado por
la perplejidad que produce el desarrollo encadenado de un anhelo común (la
obtención de un trabajo) que va
resultando inalcanzable. Alguien tiene que morir para que él pueda ocupar su
trabajo. Sucesivamente van ocurriendo accidentes mortales en una obra, pero por unas
circunstancias u otras el objetivo se le
escapa. Por otra parte hay trabajadores que persiguen el mismo objetivo.
Esto añade un
punto dramático fundamental en el desarrollo del relato lo que se acrecienta
cuando vas teniendo conocimiento de sus circunstancias familiares.
La
resolución de su anhelo se plantea de la manera más trágica posible: “nadie
puede saber que lo has empujado”
El final es
muy coherente con el desarrollo del relato: no hay el menor atisbo de
culpabilidad, o tú o yo.
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